miércoles, 20 de febrero de 2013


 

Lo realmente importante Martín 
Lescott era alcalde de un pueblo llamado San Bruno , aquel hombre era tranquilo y agradable lo que nadie sabía es que hace mucho tiempo antes de que fuera alcalde, se quería dedicar a divertir a los niños y hacerles reír. Pocos años después se inventó una especie de teatro hecho con marionetas y muñecos, el pueblo estaba rodeado de montañas, pero había un pequeño descampado en el que se empezó a construir un teatro. Cuando se terminó de construir, empezaron a hacer varios guiñoles a los niños del pueblo, les encantaba, pero creían que los juguetes hablaban y al llegar a casa los niños en vez de hacer los deberes se ponían a hablar con ellos. Las madres asustadas por aquello protestaron al alcalde, pero él no quería destruir lo que divertía a los niños, tras buscar soluciones, el alcalde se vio obligado a quitar el guiñol. Pero el mismo día que iban a derrumbar el teatro del guiñol, todos los niños del pueblo, protestaron y gritaron para que no se derrumbara, pero en un momento se acordó de un sueño que tuvo, que era hacer feliz a los niños y lo mejor sería que no se derrumbara, se lo explicaron a las madres y junto a los niños lo entendieron.





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